martes, 15 de mayo de 2012

El hombre que no vió a nadie.

Había una vez un hombre en el Reino de Qi que tenía sed de oro. Una mañana se vistió con elegancia y se fue a la plaza. Apenas llegó al puesto del comerciante en oro, se apoderó de una pieza y se escabulló.
El oficial que lo aprehendió le preguntó:
 - ¿Por qué robo el oro en presencia de tanta gente?
 - Cuando tomé el oro – contestó –, no vi a nadie. No vi más que el oro.

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